En esta boda, esta su historia, la de Adriana y Kiko, que a la vez esconde la nuestra, la mía y la de Adriana, y que a su vez puede ser parecida a la vuestra.
Alguien me contó que Kiko fue el primer amor de Adriana, de esos que nacen en la época del instituto, de esos que en cuanto te lo cruzas por los pasillos, o en la cafetería o de repente lo ves llegar con su moto, el corazón se te dispara. Se veían allá donde iban, se gustaban pero nunca se atrevieron a decirse nada… y pasaron los años.
Cada uno tuvo sus historias, yo, conozco un poco más las de Adri, éramos amigas de verano, esa clase de amistad, que sin saber bien porqué, sólo dura tres meses al año, pero con el tiempo su recuerdo y su fuerza es mayor que cualquier otra… empezábamos juntas cada verano y dábamos la bienvenida juntas a cada otoño. Recuerdo nuestros paseos, nuestras charlas, a su perro Gandalf, y a sus amigas María la rubia y María la morena; recuerdo que hablábamos de un chico, pero a penas logro recordar más detalles…
Pasaron los años, escribimos nuestras historias, tuvimos nuestros amores y desamores, y una tarde de 2015, sonó mi teléfono, Sansixto! dijo, soy Adri, que me caso! y ahí nuestro caminos se volvieron a juntar.
Tuve el gran placer de compartir este dia de boda tan bonito, en el Molí Canyisset, con mi compañera Desi Lama, a la que adoro y con la que además de profesión compartimos una bonita amistad y un gracioso modo de celebrar los fotones; con ella, las bodas son risas, bailes y fotos imposibles siempre son asegurados.
Y bueno, la boda, mejor os lo explico como mejor sé, con mis fotografías…
Celebración: Molí Canyisset
Maquillaje: Tamara Herencia de La Caja de Belleza
