Recuerdo perfectamente el día que sonó en mi móvil su mensaje, era Nochebuena, y definitivamente mi regalo se adelantó a la Navidad. Queremos que seas tú, dijo Rita, sin más… días más tardes nos vimos, no me hizo falta saber mucho más de ellos, al verlos supe que estaban hechos el uno para el otro, sus miradas, su complicidad y sus ganas de celebrar su amor.
Esperamos al verano para reencontrarnos, quizá uno de los días más calurosos de julio, pasamos la tarde de paseo, hablando y compartiendo confidencias y secretos del día de la boda, y como no, siendo testigo de sus besos, abrazos y gestos de complicidad. También calor, mucha calor, por eso acabamos metidos en las aguas del Pou Clar.
Me encantan las fotos preboda, siempre lo digo, porque es un día que es nuestro, entre fotografía y fotografía, me cuentan mil cosas, cómo sera su boda, a qué amiga le tocará el ramo, lo emocionadas que estan sus abuelas o los nervios que tienen sus madres y tías por acompañarlos en los momentos previos a la boda.
Espero que disfrutéis tanto de estas fotografías de preboda, como lo hice yo disparando cada una de ellas.